El Islandia-Turquía de la 4ª jornada de la Nations League dio lugar a un hecho increíble, casi inédito en el mundo del fútbol. Corría el minuto 54, con 1-0 para los locales, cuando el árbitro, el polaco Damian Sylwestrzak, señaló penalti, a instancias del VAR, por manos de Sverrir Ingason.
Lo realmente llamativo vino después. Hakan Çalhanoglu, casi infalible desde los 11 metros, falló. Mejor dicho, marcó. Engañó por completo a Hakon Valdimarsson... pero el gol no subió al marcador.
De inmediato, tanto el meta como Daniel Leo Gretarsson alertaron al colegiado de una irregularidad: Çalhanoglu había golpeado el balón dos veces. Disparó con la derecha, se resbaló y la tocó con la izquierda. De ahí que el tanto fuera (bien) anulado y se reanudara el juego con un libre indirecto.
Çalhanoglu, sin embargo, tuvo la oportunidad de redimirse, nuevamente, gracias al VAR en el 67'. Cabeceó Merih Demiral y el balón golpeó en las manos de Andri Gudjohnsen, hijo del mítico Eidur. En esta ocasión, el interista se dirigió lentamente hacia el punto de penalti y no dio pie al resbalón. Marcó para poner el 2-1 para Turquía.
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