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El parón de selecciones le ha venido bien a la UD Las Palmas por dos motivos importantes. El primero es que Diego Martínez ha podido tener tiempo para preparar a su plantilla de cara a su debut en el banquillo amarillo. Desde que aterrizó en la isla hasta el próximo partido tendrá doce días. Tiempo suficiente para implantar sus conceptos tácticos y preparar anímicamente a una plantilla muy tocada en el aspecto moral. Con solo tres puntos en el casillero, Las Palmas comienza prácticamente desde la casilla de salida, pero teniendo en cuenta que su liga tendrá nueve partidos menos.
Esta semana sin partido oficial también le ha servido para ganar tiempo en la recuperación de los futbolistas tocados. Hasta seis futbolistas se perdieron el último partido por lesión. Kirian, Marvin McKenna, Mika Mármol, Cillessen y Sandro no jugaron ante el Celta, el que fue el último partido de Luis Carrión como entrenador. Muchos ya están trabajando con el grupo y otros, como Marvin, lo harán en los próximos días. En el club amarillo son optimistas con estos jugadores. También con Moleiro, que no acudió a la concentración de la sub21 por una sobrecarga. Es pronto para certificarlo, pero todo hace pensar que la primera lista de Martínez no tendrá muchas bajas.
Mensaje positivo
El grupo sabe que remontar la situación es complicado. Pero se aferran al día a día. A no mirar más allá del lunes 21 y el partido ante el Valencia. No se hacen cuentas ni se mira al calendario. La realidad es que los puestos de salvación están a cinco puntos, y a eso se aferra el equipo.
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